Pabellón de una sobrecogedora sobriedad exterior, que vierte hacia el interior toda la gracia española de patios encalados, azulejos, cancelas, verjas, fuentes, macetas coloridas y un original pavimento cubierto con complicados baldosines de barro cocido. El edificio, con más de 1.600 pilares, consta de dos pisos sobre un área de 120.000 pies cuadrados. Los techos “moriscos” están recubiertos con 350.000 bloques de madera, para crear una celosía de prismas cúbicos entre los que se filtra y tamiza la luz indirecta cenital. En la decoración interior el arquitecto, Javier Carvajal, ha colaborado con cinco artistas, que han realizado una armoniosa labor de conjunto. El pabellón cuenta con teatro, museo, sala de exposiciones de arte y salones para exhibiciones de carácter turístico, histórico o cultural.